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viernes, 30 de julio de 2010

Reflexion del día.

                                                                                
Siempre causa curiosidad la repercusión que deja el clima sobre las emociones, la letra, los pensamientos y la acción. Los días de lluvia no son la excepción. Cuando llueve nos embarga un sentimiento de tristeza, melancolía, reflexión o alivio. De acuerdo a nuestra naturaleza y al momento de nuestras vidas que estemos atravesando. En este mundo de formas, todo es impermanente, incluso el dolor. Y lo que hoy nos parece tan terrible e irremediable… mañana, con sol, podemos verlo distinto.
                                                                         


Hoy llueve, pero en vez de nostalgia, tendría que ser un día para reflexionar. Reflexionar sobre todo lo que somos, sobre todos los que nos quieren, sobre todos a los que podemos ayudar. Reflexionar sobre todo lo que logramos con determinación y confianza. Hoy llueve, pero estoy seguro que estamos cerca de encontrar a nuestro verdadero amor.

Al hombre o mujer que nos sepa contener, al hombre o mujer que sepa dejarse amar. A ese ser dulce; inteligente; emprendedor; que sepa ser amiga/o, amante, esposa/marido, compañera/o, madre/padre.

Nunca nos olvidemos que amar no es mirarse a los ojos, sino mirar juntos hacia la misma dirección; que amar es poder dejarse caer, confiando/o; que amar es soñar, concretando; que amar dignifica; que amar te hace mejor persona de la que eras; que amar no es perder tu identidad, sino redefinirla; que amar no es llorar por el otro, sino sentirse pleno; que amar no es renunciar, sino complementarse; que amar no es perderse, sino encontrarse...Han pasado muchas lluvias y varias tempestades. De todo se aprende. La clave está en correrse del papel de víctima de las circunstancias y accionar hacia la concreción de nuestros anhelos.


Para poder encontrar a un ser que nos complemente, debemos primero saber quienes somos. Para poder encontrar a un ser que nos complemente, debemos mostrarnos con autenticidad. Para poder encontrar a un ser que nos complemente, no importa el peso, el pelo, la ropa, la altura, o la facha… importa saber quererse a sí mismo, conocerse, estar abiertos al cambio, despojarse de los estereotipos. Para poder encontrar a un ser que nos complemente debemos, primero, estar bien nosotros con nosotros mismos.




Cuando sea el momento, el amor llegará. Se los prometo.
Argentina
30-07-2010

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