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lunes, 13 de septiembre de 2010

El superordenador ALICE es un clúster desarrollado por Hewlett-Packard y está constituido por 256 nodos de cálculo, 2 nodos de conexión y 2 de gestión, así como un sistema de archivos paralelizado de altas prestaciones con una capacidad de 100 TB, todo ello conectado mediante una red de alta velocidad

Un superordenador que funciona bajo el sistema operativo Scientific LinuxLa Universidad de Leicester ha invertido 2,2 millones de libras (unos 2,65 millones de euros) en ampliar sus sistemas informáticos mediante la instalación de un nuevo superordenador denominado ALICE (Advanced Leicester Information and Computational Environment). Los investigadores de la universidad lo usarán para analizar múltiples problemas, desde el impacto de las diversas políticas gubernamentales en el mercado financiero hasta la evolución de las galaxias.

University of Leicester

Supercomputador ALICE de la Universidad de Leicester.

El superordenador ALICE es un clúster desarrollado por Hewlett-Packard y está constituido por 256 nodos de cálculo, 2 nodos de conexión y 2 de gestión, así como un sistema de archivos paralelizado de altas prestaciones con una capacidad de 100 TB, todo ello conectado mediante una red de alta velocidad. Cada nodo está integrado por dos procesadores quadcore Intel Xeon X5550 a 2,66 GHz, junto con 12 GB de memoria RAM. En total, el sistema dispone de 2.048 núcleos para cálculos y ejecuta el sistema operativo de 64 bits Scientific Linux, desarrollado por Fermilab, el CERN (Organización Europea para la Investigación Nuclear) y otros laboratorios de todo el mundo a partir de Red Hat Enterprise Linux.

La informática de alto rendimiento produce una cantidad enorme de calor, por lo que mantener fresco el equipo es un gran desafío. Si se hubiera utilizado una solución de refrigeración tradicional, no sólo hubiera resultado muy caro si no que hubiera sido muy perjudicial para el medio ambiente. Para evitar esto, ALICE se enfriará mediante un sistema de refrigeración por agua. Se trata de Ecofris, un producto de la empresa Keysource (especializada en la instalación de centros de cálculo) que hasta ahora sólo se había implantado en grandes centros de supercomputación. Según estimaciones de la universidad, Ecofris permitirá ahorrar anualmente 150.000 euros en la factura eléctrica y reducir la emisión de CO2 en 800 toneladas. Así, ALICE promete ser el superordenador energéticamente más eficiente de su rango.

El superordenador equivale a miles de PCs de sobremesa y ofrece diez veces más potencia que el sistema que sustituye, lo que hará posible el análisis de datos mucho más rápido que antes y permitirá encontrar las respuestas a más variedad de preguntas mucho antes. Se espera que ALICE ayude a atraer a investigadores de alta calidad e inversiones de millones de libras en ayudas para la investigación a Leicester.

http://www.gacetatecnologica.com/idi/1477-alice-marca-el-inicio-de-la-alta-computacion-ecologica.html

Han analizado con el supercomputador FinisTerrae el mayor problema electromagnético de la historia, conteniendo más de 1.000 millones de incógnitas, (un billón anglosajón)

   GT  13/09/2010


 

Nuevo récord mundial en supercomputación electromagnetica


  • El equipo HEMCUVE, formado por científicos de las universidades de Extremadura y Vigo con la colaboración de los técnicos del Centro de Supercomputación de Galicia (CESGA), han analizado con el supercomputador FinisTerrae el mayor problema electromagnético de la historia, conteniendo más de 1.000 millones de incógnitas, (un billón anglosajón). Se supera así uno de los grandes retos científicos del electromagnetismo computacional del siglo XXI.

FinisTerrae.

El problema analizado es la sección radar de la NASA Almond (una superficie típica de análisis electromagnético de forma oblonga) a la frecuencia aproximada de 3,5 THz. Para su análisis se emplearon un total de 1.024 procesadores Itanium, 4,3 TB de memoria RAM y menos de 24 horas de cómputo total en el superordenador gallego. Para almacenar la cantidad de información que se precisa para un sistema de 1.000 millones de incógnitas sería necesaria una cantidad tal de DVDs que, alineados, cubrirían la distancia entre la Tierra y la Luna.

La aplicación empleada en el reto, HEMCUVE++, tiene la cualidad fundamental de utilizar de forma eficiente un número elevado de procesadores con gran disponibilidad de memoria, aprovechando así la potencia de los grandes supercomputadores. Es el resultado de un proceso de desarrollo continuado del equipo investigador, iniciado en el año 1999 a través de un proyecto financiado por NAVANTIA. El desarrollo de este algoritmo y la colaboración de los técnicos e investigadores de los centros de supercomputación de Galicia, CESGA, y Extremadura, CénitS, ha permitido al grupo batir sucesivamente varios record mundiales en este campo de la ciencia.

El súpercomputador Finis Terrae. (Foto: CESGA)

El trabajo ha sido llevado a cabo mediante un acceso a la ICTS CESGA financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación. Esta acción da respuesta a varios de los hitos que el equipo está desarrollando en el proyecto Consolider-Ingenio TERASENSE, donde se desarrollan nuevas metodologías y equipos en el campo de los terahercios y la nanotecnología.

 

Aplicaciones

Además el rango de aplicaciones posibles es muy amplio y va desde la resolución de problemas electromagnéticos en el diseño de grandes estructuras dotadas de sistemas de radio, como barcos, aviones y vehículos terrestres, a la aplicación del electromagnetismo computacional en campos como: biomedicina, el diseño de metamateriales o el desarrollo de radares de penetración terrestre para la detección de minas antipersona, estructuras geológicas en el subsuelo, etc.

HEMCUVE recibió en 2009 los premios internacionales PRACE e Itanium Innovation por su contribución al electromagnetismo en supercomputación. El grupo está liderado por los profesores José Manuel Taboada y Luis Landesa, de la Universidad de Extremadura, y por Fernando Obelleiro y José Luis Rodríguez de la Universidad de Vigo. En el desarrollo de los sucesivos retos han participado lo técnicos e investigadores del CESGA y el CénitS