07/11/2010
Una agencia de Estados Unidos hace un llamamiento para la abolición del kilogramo.
Eso no quiere decir que el Instituto Nacional de Estándares y Tecnología, quiere deshacerse de la unidad de medida en sí. En su lugar, cree que es hora de dejar de utilizar el objeto físico (o "artefacto"), que determine la masa precisa que constituye un kilogramo.
El kilogramo, es la unidad básica de masa en el Sistema Internacional de Unidades (o "SI" de los franceses, que es el sistema internacional principal, de siete medidas fundamentales: masa, longitud (unidad base del medidor), el tiempo (el segundo), actual (el amperio), temperatura termodinámica eléctrica (el kelvin), la intensidad luminosa (la candela) y la cantidad de sustancia (una medida utilizada en los estudios de las partículas, por lo que la unidad es el mol). En cada caso, todas las otras unidades de medida son los derivados de decimales de la unidad base.
Lo que hace el kilogramo, y por lo tanto la masa como un todo único, es que es la única unidad todavía se basa en un objeto físico. Todo lo demás se basa en un proceso físico, que se mantiene una constante: por ejemplo, un metro es la distancia que viaja la luz en el vacío en un segundo, dividido por 299.792.458. (Esta cifra se deriva de la definición original, física, sino por ser fijo no es afectado por los cambios físicos.)
También se cree que todos los kilos se van disminuyendo en masa con el tiempo, a través de la descomposición del material. Desafortunadamente, e irónicamente, no hay forma de verificar esto bajo el sistema actual, ya que por definición, el kilogramo original, siempre tiene una masa de un kilogramo, independientemente de los cambios físicos.
Para hacer las cosas un poco peor, aunque el amperio, el mole y la candela, se basan en procesos físicos, todos ellos implican una medida de la masa, lo que significa que a su vez dependen de la estabilidad del kilogramo.
Se ha hablado de cambiar la definición del kilogramo, en los últimos cinco años. La propuesta más común de una definición precisa, que implica cálculos, que francamente no me atrevo a tratar de resumir, por miedo a que me equivoco y alguien trate de crearlos para terminar desgarrando el tejido, del espacio y del tiempo.
La clave, sin embargo, es que la definición del kilogramo, se basaría en la velocidad de la luz y una cantidad fija de energía, la unidad de lo que deriva en última instancia de E = MC2.
El Instituto Nacional de Estándares y Tecnología ha presentado una resolución, para lograr el cambio y espera que sea discutido y aprobado en una reunión internacional.
No hay comentarios:
Publicar un comentario