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sábado, 13 de noviembre de 2010

Soy una abeja, pero estoy perdiendo la memoria, ¿ahora que hago?

Al envejecer, las abejas sufren un deterioro de su capacidad de memorizar

A pesar de que las abejas suelen ostentar una impresionante capacidad de orientación, siguiendo la ruta correcta hacia su hogar a través de entornos complejos, después de visitar flores lejos de su colmena, el estudio revela que el envejecimiento altera la capacidad de la abejas para eliminar el recuerdo obsoleto de la ubicación de una colmena, un recuerdo que ya no les es útil pero que a menudo siguen reteniendo, en detrimento del recuerdo correcto y más reciente sobre dicha ubicación, incluso bastante tiempo después de que la colonia se haya establecido en el nuevo hogar.


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De estudios anteriores se sabe que las abejas viejas se caracterizan por mostrar una pobre capacidad de aprendizaje cuando se las entrena para reconocer olores de flores en el laboratorio. Así que el equipo de Daniel Münch (Universidad Noruega de Ciencias Biológicas) y de Gro Amdam (Universidad Estatal de Arizona) decidió comprobar si el envejecimiento también afecta a conductas de aprendizaje que son importantes para la supervivencia de una abeja en la naturaleza. Las abejas tienen una corta vida (excepto la reina que es muchísimo más longeva), lo cual facilita la tarea de estudiar a individuos desde que nacen hasta que alcanzan la vejez.

Después de entre tres y cuatro días de tiempo de vuelo, una abeja es ya una exploradora eficaz. Una abeja es madura para cuando ya ha volado desde y hacia la colmena durante un periodo de entre 5 y 11 días. Una abeja anciana ha volado durante más de dos semanas.

Para comprobar cómo las abejas viejas se adaptan a un cambio en la ubicación de su hogar, los investigadores bloquearon el acceso a su vieja colmena (una caja artificial, adecuada para el uso de estos insectos) e hicieron que las abejas se acostumbraran a una nueva colmena (del mismo tipo que la anterior). Durante varios días, grupos compuestos por abejas de edades diferentes, adultas jóvenes y viejas, tuvieron oportunidad de aprender la nueva ubicación de su hogar y eliminar los recuerdos obsoletos sobre la antigua colmena que ya no era utilizable.

                  
 
Memoria de las abejas
Una abeja. (Foto: ASU)
Los científicos desmontaron entonces el nuevo hogar de las abejas y forzaron a grupos de abejas de varias edades a escoger entre tres ubicaciones alternativas de la colmena, incluyendo a la más antigua. Las abejas viejas con síntomas de senilidad se orientaron preferentemente hacia la ubicación de la antigua colmena, a pesar de que su memoria debería haberles indicado que ya no era utilizable.

Sin embargo, a pesar de que muchas abejas viejas no podían aprender cosas nuevas, el equipo también descubrió que algunas se desenvolvían sin problemas pese a su avanzada edad.

Los autores del estudio creen que los resultados de éste ofrecen una nueva vía para modelar y comprender a fondo la variabilidad entre individuos existente en el funcionamiento del cerebro. Esa variabilidad queda bien reflejada cuando, al envejecer, la capacidad de memorización de algunos individuos permanece intacta, mientras que otros experimentan dificultades en aprender cosas nuevas y se quedan anclados en viejos recuerdos aunque ya no les sean útiles.