¿Apagás el móvil cuando te vas a dormir? Geekotic Geekotic Geekotic Geekotic
Posted: 14 Jan 2011 09:47 PM PST
Hace minutos reflexionaba sobre la BlackBerry de un usuario la cual sufría la extraña dolencia de que no podía navegar en Opera Mini, aunque quedaba descartado de plano que fuera un problema de falta de conexión ya que bajaba correo como siempre. Luego de jugar un poco con los permisos de las aplicaciones y observar que no habían cambios, recordé hacerle caso a Roy, más que nada considerando que el dueño del gadget tiene ciertos problemitas graves con la tecnología, como por ejemplo nunca apagar el Windows de su oficina porque no sabe ni quiere saber cómo. Realizada esta sencilla pero demorante tarea (no sé si pasará con todos los modelos pero esta BlackBerry tarda como 6 minutos desde que se la enciende hasta que está operativa) compruebo que el problema se había ido, y que por ende lo más probable es que sucedió justamente por alguna corrupción típica del sistema al no ser reiniciado nunca por su usuario.
Cuando le entregué el aparato en cuestión a su dueño y le pregunté si la había apagado y quitado la batería me contestó con total vehemencia que había realizado la tarea varias veces para mi desconcierto, hasta que recordé la máxima de House (aaahh… qué sería de mí si no fuera por la buena TV!).
El punto de todo esto es que me hizo recapacitar sobre uno de esos hechos que por su cotidianeidad difícilmente nos ponemos a analizar: Nunca apagamos el móvil. No sólo mi amigo usaurio que no quiere molestarse ni en apagar Windows XP; nunca he sabido de alguien en la actualidad que lo haga, nos vamos a dormir y el celular queda prendido, y me arriesgaría a decir que a menos que requiera quedarse conectado al cargador en la mayoría de los casos duerme debajo de la almohada de su dueño/a. Seguramente la radiación electromagnética hace soñar en colores.
Ahora bien, ¿por qué lo hacemos? ¿Y por qué antes no lo hacíamos? Cuando el teléfono móvil era sólo eso, un teléfono pero celular, tenía sentido; la batería se moría demasiado pronto y tampoco nos haría gracia recibir un llamado mientras dormimos, qué sentido tenía dejarlo encendido? Ahora las cosas cambiaron un poco. En la última década el teléfono celular se convirtió en el máximo nodo de enlace tecnológico personal, es la herramienta individual básica que todo ser humano de estos tiempos necesita para moverse, y cuya mejor expresión, mucho antes de que los smartphones actuales fuesen una realidad palpable, se pudo observar en la fabulosa obra de Gene Roddenberry: Earth: Final Conflict, en la que todos usaban unos dispositivos personales multifunción conocidos como Global. No es solo nuestro teléfono. Es nuestra agenda, nuestra central de mensajes, nuestro reloj despertador; también nuestra consola de entretenimientos portátil y nuestro acceso más básico en muchos casos a Internet. Tal vez nos comenzó a dar la sensación de que cuando lo apagamos, estamos apagando nuestra arteria con el mundo. El móvil es cada vez menos móvil, y más keitai, el término que se usa para denominarlos en Japón y que encierra toda una cultura detrás de vivir a través del móvil.
Pero es posible que me equivoque, y aún exista mucha gente que religiosamente apague su teléfono antes de caer en los brazos de Morfeo. Ustedes me dirán, de a poquito y sin amontonarse, qué hacen con la pieza de tecnología avanzada que más tiempo pasa a su lado cuando llega el momento de babear la almohada.
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