SE CUMPLEN LAS PROFECIAS
Hemos contemplado estos últimos años el desmantelamiento imprevisto del marxismo en los paises del Este europeo, sojuzgados por él durante 73 años. Se ha cumplido hasta el último ápice la profecía de la Señora de Fátima: Rusia se convertirá. Por fin mi Corazón Inmaculado triunfará. Hay que entender la conversión de Rusia, en su carácter de atea y beligerante contra Dios y la religión, no en una conversión individual de cada persona, que esa no se da ni en Roma.
El caso es que aparte de la apertura de los templos y catedrales, hay datos significativos como el de la felicitación de Vladimir Putin, cuando fue elegido Presidente de Rusia, al archimandrita Ioann Krestyankin, quien el 11 de abril de 2000, se encontró con la sorpresa de recibir una expresiva carta del presidente, en su noventa cumpleaños. El archimandrita Ioann, monje en el Monasterio de las Cuevas Pskov, cercano a la frontera con Estonia, atrae la devoción de muchos ortodoxos que lo consideran un monje que ha recibido el don del discernimiento espiritual. «Su vida -dice el presidente Putin en su carta- es un ejemplo de una gran y auténtica actividad y un sincero servicio a la Iglesia Ortodoxa Rusa, de un esfuerzo por reforzar la fe y el espíritu de nuestro pueblo». «Todos los rusos ortodoxos-añade- le conocen y le aman. Seguramente gracias a maestros como usted, Rusia está retornando a sus raíces espirituales y morales». El ha sobrevivido a la represión comunista contra la Iglesia y a los rigores de la vida ascética, como subraya Putin. Es la primera vez en su vida que los medios de comunicación rusos se ocupan de él. El mensaje de felicitación de Putin es un hecho extraordinario, pues desde el zar Alejandro III y Nicolás II, que felicitaron al santo Ioann de Kronshtadt, que murió en 1908, ningún «starets» había recibido una felicitación oficial. El monasterio del archimandrita Joann, ha sido el centro espiritual de la vida ortodoxa no oficial en la URSS. Hasta su anexión a la Unión Soviética, en 1940, pertenecía al territorio de Estonia, y permaneció abierto durante el período comunista. El archimandrita Ioann dio su bendición a todos aquellos que preferían la tortura, la privación y los campos de trabajos forzados, a la sumisión a las autoridades ateas.
RUSIA. EL MARXISMO
En el año 1917 se implantó en Rusia la dictadura del marxismo materialista y ateo de carácter estatal. Lenín y Troski pensaban y ambicionaban dominar el mundo formando un supremo estado totalitario y ateo. Caída Rusia en sus garras, su plan se dirigía a conquistar España y Portugal para, desde allí, dominar toda Europa. El año anterior, 1916, Dios comenzó también a trazar su estrategia. Y así como para la Encarnación envió a un ángel, para anunciar este plan envió a Aljustrel, en Fátima, al Angel de Portugal, para preparar a los instrumentos de sus planes, que eran tres humildes pastorcitos, Jacinta, Francisco y Lucía, de 7, 8, y 10 años. Cuando nació Jesús, ¿a qué reyes famosos suscitó el Señor, para que le adorasen? Es el mismo Evangelio quien nos responde: «Había en la región unos pastores... (Lc 2, 8) ».
UN ANGEL PRECURSOR PREPARA A LOS TRES PASTORCITOS.
Primera aparición: «Soy el Angel de la Paz».
En el verano de 1916, en la semicueva del Cabeço.«Soy el Angel de la Paz», les saludó, y después rezó con ellos: «Dios mio, creo, adoro, espero y te amo. Te pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan, no te aman».
Me parece, dice Lucía, que el ángel se nos apareció por primera vez, en la primavera de 1916, en nuestra Loca de Cabeço. Subimos la pendiente en busca de abrigo, y después de merendar y rezar allí, comenzamos viendo sobre los árboles que se extendían en dirección al oriente, una luz más blanca que la nieve, en forma de un joven transparente más brillante que un cristal herido por los rayos del sol. Estábamos sorprendidos y medio absortos. No decíamos ni una sola palabra. Al llegar junto a nosotros, dijo:—¡No temáis! Soy el Angel de la paz. Orad conmigo. Y arrodillándose en tierra inclinó la frente hasta el suelo. Le imitamos y repetimos las palabras que le oímos pronunciar: —Dios mío, yo creo, adoro, espero y te amo. Te pido perdón por los que no creen, no adoran no esperan y no te aman. Después de repetir esto por tres veces, se levantó y dijo: -¡Orad así! Los Corazones de Jesús y de María están atentos a la voz de vuestras súplicas. Y desapareció. La atmósfera de lo sobrenatural que nos envolvía, era tan intensa que casi no nos dábamos cuenta de la propia existencia, permaneciendo en la posición en que el ángel nos había dejado, repitiendo siempre la misma oración. La presencia de Dios se sentía tan inmensa e íntima que no nos atrevíamos a hablar. El día siguiente todavía sentíamos el espíritu envuelto en esa atmósfera que sólo muy lentamente fue desapareciendo.
"J.M.J.