Gabolonte Blasfemus
En los últimos 5 años se hizo muy normal el comenzar a contar con herramientas de software con las que antes ni hubiésemos soñado para solucionar problemas en equipos que no arrancan. Me refiero, claro, a la inmensa variedad de CDs e imágenes para pen drives booteables que comenzaron a proliferar (junto a los BIOS que soportaban estos tipos de arranque), cargados de herramientas y utilidades a tope para cubrir todas las necesidades del técnico: Testeo de hardware, manejo de particiones, administración de archivos, desinfección de malware, y un larguísimo etcétera, existiendo compilaciones muy conocidas en el ambiente como Hiren’s BootCD y Ultimate Boot CD; aunque posiblemente las más populares sean las conocidas como Live CDs, que bootean un sistema operativo completo (o casi) en la RAM y permiten desde ahí lanzar diversas herramientas de diagnóstico y reparación. De estos, existen generalmente de dos variedades: Los basados en Linux, con distros como Knoppix y Ubuntu a la cabeza, y luego una seguidilla de versiones apócrifas basadas en Windows XP y a veces en Vista, hechas en muchos caso con la herramienta BartPE.
Hasta hace muy poco, mis preferencias se decantaban por el segundo tipo de Live CDs, por razones obvias: Al trabajar y tener un fuerte background con Windows me sentía mucho más cómodo en la misma plataforma y herramientas que ya conocía, que me brindaban posibilidades que no sólo sabía si eran posibles desde Linux sino que además tenía que tomarme el trabajo de conseguir las herramientas correspondientes y aprender a usarlas, posiblemente armándome mi propio Live CD. Pero en los últimos meses, en lugar de seguir así, me sorprendí usando cada vez más y más el CD de Ubuntu para estos menesteres. ¿Por qué?
Creo que el primer motivo tiene que ver con la misma naturaleza underground e ilegal de estos Live CDs basados en Windows, ya que son armados una sola vez por algún geek o grupo de estos, y luego se queda ahí en el tiempo, no se vuelven a tocar ni a actualizar, con el consiguiente problema de que un CD de hace 3 años ya es incapaz de detectar la NIC o el controlador SATA de cualquier PC actual. Puede que cada tanto alguien saque un compilado nuevo, pero no todos son igual de buenos a nivel herramientas, y muchos aunque tengan fechas de creación recientes son simples refritos de versiones antiguas, por ende cargan con los mismos problemas. La otra opción sería intentar rearmar uno de estos CDs agregando los nuevos drivers, pero nos meteremos en un lío que deberemos hacer más de una vez para seguir estando al día. Además, dejemos a un lado toda sospecha sobre la confianza que le podamos tener a algo armado desde las sombras.
Y es para todos estos inconvenientes en los que el Live CD convencional de Ubuntu presenta una excelente alternativa; algunas sonarán muy obvias, pero aún así las voy a enumerar: En primer lugar, el problema de la falta de drivers se resuelve gracias al excelente soporte de los mismos que viene teniendo esta distro, que incluye hasta drivers closed source con tal de que no nos quedemos sin poder usarlo. De esta forma, basta con tener a mano siempre la última versión del sistema, en estos momentos Intrepid Ibex (Ubuntu 8.10), para estar casi seguros que aunque sea en una PC flamante tendremos soporte para lo básico. El problema de la confianza desde ya se resuelve automáticamente, sin mencionar el tema de la legalidad, claro.
Pero, en qué cosas específicas Ubuntu puede reemplazar a un buen Live CD basado en Windows y repleto de herramientas a la hora de dar soporte para el sistema operativo de Microsoft? Evidentemente no en todas, pero sí en una buena parte. ¿Y por qué justo Ubuntu, distro que muchos linuxeros aborrecen y consideran como la de peor calidad? Veamos, para servirnos como CD de arranque de emergencia no es vital que tenga la estabilidad y la seguridad de Suse o Fedora, por el contrario sí es importante que tenga el mayor soporte de drivers posible para que podamos usarlo en la mayor cantidad de equipos, así como que incorpore out-of-the-box muchas funcionalidades y herramientas para no tener que salir a buscarlas después. En ese sentido, desde el CD estándar de Ubuntu tenemos decenas de posibilidades. Si necesitamos copiar o redimensionar particiones, contamos con GParted, que es igual de fácil de usar que el viejo y conocido Partition Magic; también disponemos de la herramienta de línea de comandos NTFSClone para clonar discos particionados en Windows. Pero por lejos la mejor utilidad se la encontré ayer, cuando, en medio de un apuro y a punto de ser echado porque ya cerraban las oficinas en donde estaba reparando un equipo, levantar a este desde el CD de Ubuntu me permitió ahorrar bastante tiempo en las tareas que tenía que hacer, ya que, para empezar, reconoció todo el hardware que era bastante nuevo, me permitió conectarme por Netbios al file server de la oficina para hacer una copia de seguridad de los datos del usuario, y lo más interesante para mí: Pude hacer esto tranquilamente desde un café después de que se me acabó el tiempo y me tuve que ir, gracias a la función incorporada de escritorio remoto basada en VNC que incorpora Ubuntu. Desde ya no todo viene servido en bandeja y podemos tener algunos inconvenientes, por ejemplo en mi caso Ubuntu no me montaba automáticamente la partición NTFS del disco rígido por estar marcada como en uso, ya que venía del clonado de un disco defectuoso donde Windows se escrachó decenas de veces, pero el mismo mensaje de error del sistema me mostró la sentencia que debía usar en la línea de comandos para forzar el montaje de una partición con errores.
Las otras ventajas que he visto por sobre los Live CDs de Windows, y que atañen en general a cualquiera basado en Linux, es que, al contrario de estos primeros que tan sólo incluyen un set muy básico del sistema operativo de las ventanas, en los otros nos encontramos con sistemas Linux completos, que reportan en, por lo menos, dos ventajas a favor que en los otros no son posibles: Insertar unidades USB y que sean reconocidas y montadas automáticamente, y la posibilidad de instalar algún programa que nos haga falta desde apt-get o la herramienta que incluya la distro, tal como lo haríamos en un sistema Linux instalado en el disco rígido.
De todas formas, y como dije antes, hay situaciones en las que sí o sí vamos a necesitar alguno de esos Live CDs cargados de programas para Win, pero como todo, se trata de encontrar la herramienta más adecuada para el problema que tenemos en ese momento, y el CD de Ubuntu me está comenzando a ser muy útil y de maneras insospechadas a la hora de levantar sistemas muertos.
Ahora el gancho: ¿Ustedes, qué vienen usando últimamente para levantar a sus fiambres?
http://geekotic.com/2009/01/31/ubuntu-multiuso/