Por Daniela Mohor W.
Tener dudas sobre identidad e incertidumbre frente al futuro es parte de ser adolescente. Pero así como esa etapa confunde a los jóvenes, también asusta a los padres. ¿Es normal que los hijos incurran ocasionalmente en conductas de riesgo? ¿Cuáles son los riesgos de esta edad? Aquí, la sicóloga estadounidense Pamela Foelsch.
Para graficar lo fundamental que es la adolescencia en la evolución de los niños, la doctora Pamela Foelsch usa una analogía. "Hay que pensar en un niño chico que está aprendiendo a caminar: se levanta, da unos pasitos, se cae, vuelve a pararse, tiene que desarrollar músculos, aprender a descubrir cuáles son sus límites y los del mundo. La adolescencia es una recapitulación de ese proceso, pero no sólo en lo físico, sino que en lo emocional e intelectual", dice desde Estados Unidos en exclusiva para Revista Ya, a pocas semanas de viajar a Chile, donde dictará una conferencia en el marco del seminario "Identidad, Adicciones y Desórdenes Alimentarios", organizado por el centro médico Schilkrut e Interexpo.
Ayudarles a los padres a salir de la confusión que los invade a la hora de enfrentarse a la adolescencia de sus hijos y entregarles herramientas para distinguir lo que es parte del proceso normal de lo que podría ser patológico es una de las principales metas de esta doctora estadounidense, profesora asistente de sicología clínica en la Universidad de Cornell.
Pamela Foelsh empezó su carrera trabajando con niños y adolescentes y luego pasó años investigando, junto al doctor Otto Kernberg, el tema de los trastornos de personalidad en adultos. En 2004 decidió volver a enfocarse en los más jóvenes y creó, junto a la doctora Paulina Kernberg, un grupo que trabaja en el tratamiento de adolescentes con problemas de identidad.
¿Por qué centrarse en ese aspecto? Porque según la doctora Foelsch, el desarrollo de una identidad sólida es precisamente el principal desafío de los adolescentes de hoy. "Ha habido cambios en cuanto a las áreas en las que los adolescentes tienen más dificultades y creo que hay que poner el mayor énfasis en que los jóvenes tengan un firme sentido de quienes son porque la sociedad no los ha ayudado en eso. Se ha privilegiado mucho más lo superficial a través de la música, los medios y otros. Importa más el verse bien, el cómo te vistes que el quién eres como ser humano y qué le puedes aportar a la sociedad. Esa es una fuente de preocupación", sentencia la doctora.
Aquí, desarrolla algunas pautas para entender mejor el proceso que viven los adolescentes.
El rol de las emociones
A través de su trabajo de investigación y clínico, la doctora Foelsh ha podido hacerse una idea bastante clara de lo que viven los adolescentes. Aclara que la complejidad de esa etapa de desarrollo y la razón del miedo que sienten los padres frente a hijos de esa edad están relacionados con el hecho de que los jóvenes aún están aprendiendo a regular sus emociones, a reflexionar pausadamente y a anticipar las consecuencias y los problemas. Eso significa que en muchas oportunidades aún les falta desarrollar criterio, lo que los lleva a hacer cosas de manera impulsiva sin medir los efectos. "El consumo de drogas y de alcohol, los trastornos alimentarios, las relaciones caóticas, los comportamientos suicidas y otras actitudes autodestructivas, por ejemplo, son, entre otras cosas, manifestaciones de una falta de control de los impulsos y de una falta de criterio", dice la doctora Foelsch.
Qué es una crisis de identidad
La doctora Foelsch explica que la mayoría de las veces es normal que los adolescentes tengan una crisis de identidad, que se refiere a los momentos en que la manera en que los adolescentes se autoperciben aún no está en sintonía con lo que sienten que esperan de ellos.
A esa edad, dice, los jóvenes pasan por muchas experiencias perturbadoras: sus cuerpos se transforman y también cambian las expectativas del entorno respecto de ellos, y sus propios deseos. Oscilan entre momentos en que actúan casi como adultos y otros en que vuelven a ser niños y necesitan un abrazo o están invadidos por el miedo frente a una tarea. "Es muy confundidor y agobiante. La crisis de identidad puede causar ese sentimiento de estar sobrepasados e inseguros sobre quiénes son y lo que quieren hacer con ellos mismos".
Esas crisis de identidad suelen gatillarse por un factor externo, generalmente en un contexto de competencia o de expectativa social. A veces basta que alguien le pregunte a un adolescente lo que quiere hacer de grande para que se sienta angustiado. Eso es parte de la crisis de identidad normal e inherente a la adolescencia.
Cómo identificarlas
Para los padres, no siempre es fácil darse cuenta de que sus hijos están pasando por una de esas crisis. Por eso, Pamela Foelsch les recomienda estar atentos a su discurso. "Se darán cuenta de lo que no les está haciendo sentido porque o hablarán todo el tiempo de lo mismo o no tocarán absolutamente el tema".
Otra cosa a la que se le puede prestar atención es cuando hablan de lo que les pasa a sus amigos. "No significa necesariamente que tienen el mismo problema, pero muchas veces es más fácil para los adolescentes hablar de las dificultades que tienen sus amistades que identificarlo como su propia dificultad".
¿Se puede distinguir una crisis normal de una patológica?
La doctora explica que la principal diferencia entre una crisis de adolescencia normal y algo más patológico se puede apreciar cuando el adolescente es capaz de mirar cómo actuó, por ejemplo, frente a una conducta de riesgo, y decir wow, ¿esto es quien quiero ser? O no puedo creer que hice eso, no lo haré de nuevo.
"Si no aprende de esa experiencia y empieza a adoptar esas conductas de riesgo como una especie de patrón crónico para lidiar con algo, entonces puede convertirse en una patología. Ese es un adolescente que no tiene un sentido sólido de identidad, que no es capaz de darse cuenta de que ése no es el camino que quiere seguir", dice.
Los límites de la normalidad de una crisis, según la doctora en sicología, varían en función de la edad del niño y de sus circunstancias. Lo que sí vale para todas las edades y todas las etapas del desarrollo en los adolescentes es que cualquier conducta autodestructiva, cualquier actitud que interfiera con su buen funcionamiento en el colegio, en sus relaciones, con su familia, es una fuente de preocupación. 'Que pase algo un día de repente no es un problema. Lo problemático aparece si esas conductas se hacen crónicas o si es algo severo. Es decir que algo muy difícil o desafiante o destructivo, como un intento de suicidio, es una bandera roja. Lo mismo ocurre con el autoinfligirse cortes, el desarrollar un trastorno alimentario o una adicción. Todas esas cosas debieran ser tratadas inmediatamente', dice.
¿Cómo entregar a los hijos un sólido sentido de identidad?
Hay cosas muy simples que se pueden hacer. Una de ellas es darles desde pequeños la oportunidad de hacer preguntas, y los adultos mostrarse interesados dando un espacio de atención absoluta. "Muchas veces nos enfrentamos al problema de los padres que trabajan mucho y están ocupados y distraídos. Pero si uno se da el tiempo una vez al día de hacer una pausa sólo para escuchar a su hijo, eso ayuda. Mientras antes se hace, mejor. Sobre todo en la preadolescencia, porque más tarde los niños se ponen más introvertidos y no comparten cosas con los padres de manera tan espontánea y eso es parte normal del proceso de diferenciación. Si los padres no hicieron antes la tarea de establecer una relación sólida, abierta y respetuosa, entonces las cosas serán más difíciles".
Eso, explica la doctora Foelsch, no significa que todo esté perdido. A los padres que no se preocuparon de eso cuando su hijos eran más niños les recomienda buscar instancias para empezar a hacerlo cada día. "Siempre digo que cuando uno maneja tiene una oportunidad de ponerse al día con sus hijos. Los padres generalmente acarrean a sus niños de actividad en actividad y ese tiempo en el auto es privilegiado, porque están en un lugar cerrado, sin posibilidad de salir y pueden hablar. Para los padres es sobre todo una oportunidad de estar abiertos a oír lo que tengan que decir sus hijos y de hacerles preguntas, pero no en tono de interrogatorio, sino que mostrando interés".
Otra recomendación práctica que les hace la sicóloga a los padres es la de incentivar a los hijos a que les pidan ayuda. "Muchas veces les digo a los padres que si tienen un hijo adolescente están destinados a recibir alguna vez un llamado cuando el niño necesite que lo vayan a buscar o lo ayuden de alguna manera. Y siempre es bueno haber tenido antes una conversación con él diciéndole: Mira, si alguna vez te encuentras en una situación que no te gusta o no te parece segura, llámame, te iré a buscar y no te preguntaré nada esa misma noche. Lo hablaremos al día siguiente. Eso le permite al adolescente tener ese pequeño espacio sin que lo reten, y entonces hay más chances de que llame a sus padres. Y al final lo que más importa es que muestre que tiene el criterio para superar una situación complicada".
Las tendencias actuales
En el tiempo que lleva observando a los adolescentes, la doctora Pamela Foeslch ha identificado cuatro tendencias.
NIÑAS EN RIESGO: "En el último tiempo hemos notado que las mujeres adolescentes incurren cada vez más en comportamientos disruptivos y se están poniendo cada vez más agresivas. Eso es nuevo y es una preocupación".
FALTA DE HABILIDADES SOCIALES: "Hoy hay mucha más autonomía e independencia y los adolescentes tienen mucha más privacidad. Tienen sus celulares e internet, se mueven en un mundo mucho más amplio que el que tenían sus padres a su edad. Tienen la sensación de que pueden hablar con quien sea donde sea en el planeta, de que a través de la web pueden conocer a mucha gente, y al mismo tiempo pareciera que tienen menos conciencia de que conocer realmente a alguien requiere tiempo. Se sienten muy grandes y muy involucrados en el mundo; sin embargo, han desarrollado poco algunas de las habilidades sociales más básicas", explica la sicóloga.
LA EXTENSIÓN DE LA ADOLESCENCIA: "Antes cuando un niño cumplía 19 o 21 años se consideraba que eran adultos y se los trataba como tal: legalmente se les otorgaba nuevos derechos y se esperaba que empezaran a ser independientes económicamente. Ahora la adolescencia se extiende hasta pasado los 20 o incluso los 30 y a esa edad los hijos todavía esperan que sus padres los mantengan. Es cierto que hoy es más difícil encontrar un trabajo y comprarse una casa saliendo de la universidad, pero lo que me extraña es que los padres se sientan obligados de seguir manteniendo a estos jóvenes adultos. Tiene que ver en parte con el hecho de que los padres no les están diciendo a sus hijos: Mira, eres un adulto tiene que encontrar una manera de mantenerte ahora. Nosotros estamos para apoyarte, pero tú tiene que ser responsable".
JÓVENES MÁS COMPROMETIDOS CON LA SOCIEDAD: "También hemos observado un grupo de adolescentes que se ha desarrollado bien. En Estados Unidos, con las elecciones, hemos visto jóvenes mucho más involucrados en la política, en los movimientos sociales como los ecológicos. Así como vemos adolescentes en riesgo que hay que vigilar, también vemos jóvenes que trabajan duro para sobresalir y encontrar su lugar en la sociedad".
Los jóvenes y el mundo de hoy
LOS PADRES de hoy suelen percibir el mundo como un lugar más peligroso para sus hijos de lo que lo fue para ellos de niños. La doctora Foelsch cree que tiene que ver con la existencia de un mayor temor más que con una realidad. Pero recomienda prestar ojo a ciertos fenómenos.
LOS RIESGOS DE LA TECNOLOGÍA: 'Lo más importante es que los padres se informen respecto a los problemas de la sociedad actual. Uno de los principales aspectos hoy es el uso de internet. Es muy fácil para los niños subir fotos de ellos mismos en facebook o tener amigos que lo hacen. Con los celulares de hoy también es fácil que te saquen una foto sin que te des cuenta, entonces hay que educar a los niños sobre el hecho de que, sea donde estén y lo que estén haciendo, todo puede aparecer en internet. Los padres tienen que explicarles a sus hijos adolescentes que lo que hacen en la web no es privado. Lo mismo ocurre con los e–mails. Los adolescentes pueden hackear y meterse en el correo de otros y algo que uno pensaba que era privado se convierte en dominio público".
UNA MAYOR ACTIVIDAD SEXUAL: 'Ha habido un aumento de actividad sexual en los adolescentes. El comportamiento esperado cambió. Niños cada vez más chicos se visten como grandes, entonces los padres tienen que estar particularmente atentos a lo que es apropiado y lo que no lo es. Tienen que hablar con sus hijos de lo que son los valores en ese sentido dentro de la familia. Los niños están bombardeados por los medios. Por ejemplo, hay un aumento impresionante de teen stars (adolescentes estrellas), así que hay mucha presión en ese sentido y también en su día a día.
LA IMPORTANCIA DE LOS PASATIEMPOS: Para prevenir el consumo de drogas y alcohol y la sexualidad promiscua, la doctora Foelsch insiste en la necesidad de darles un fuerte sentido de identidad a los adolescentes, porque la mayoría de ellos caen en esas conductas cuando se sienten vacíos, solos o aburridos. 'Hay que ayudarles a desarrollar pasatiempos y grupos en los que pueden participar para minimizar el tiempo en que se sienten vacíos, solos y aburridos'.
Tomado de revista “Ya”, 19 de agosto de 2008